martes, 11 de noviembre de 2014

Sobre las primarias abiertas de IU en la Comunidad de Madrid



   No es la primera vez -ni seguro será la última- que en este blog recurro al poema de Cernuda “La poesía es un arma cargada de futuro” para expresar esta vez, una vez más, que en estos tiempos convulsos resulta imprescindible tomar partido hasta mancharse; esto es lo que hago hoy con un texto pragmático, suscrito ex-aequo con mi compañero y sin embargo amigo Antonio Sánchez Santos, para mover a la reflexión sobre una apuesta necesaria. Porque hoy si cabe la posibilidad de desalojar del poder a estos individuos que han dejado sueltos a los peores demonios que arrasan el solar patrio y para ello hay que apoyar a quienes están en esa lucha con vocación de darle una vuelta a la tortilla y construir un país más habitable y humano.
   Pasen pues y lean. Luego actúen en consecuencia, porque hay trenes que sólo pasan una vez y luego no valen lamentos cuando los vemos desaparecer dejándonos detrás en un páramo yermo a merced de los buitres.

DIEZ REFLEXIONES PARA APOYAR LA CANDIDATURA DE TANIA SÁNCHEZ Y MAURICIO VALIENTE A LAS PRIMARIAS DE IU-CM

   El momento político actual está marcado por el debate acerca de la confluencia de las fuerzas de la izquierda transformadora que permita la creación de un contrapoder real que logre arrebatar el poder en las instituciones al bipartidismo tradicional. Para lograrlo será preciso que quienes encabecen los procesos de confluencia desde las distintas fuerzas en liza estén verdaderamente convencidos de su necesidad y de los pasos a dar, más allá de las declaraciones de principios, superando las inercias que históricamente han limitado los procesos de unidad. Por ello valoramos como muy positivo el que IU haya apostado por abrir procesos de confluencia y haya establecido primarias abiertas, aunque creemos que no todas las candidaturas que se presentan a las primarias abiertas de IU en la Comunidad de Madrid están convencidas de apostar decididamente por materializar una alternativa que ponga fin a los gobiernos al servicio de la oligarquía financiera.
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• La mitificada “transición democrática” en España fue un proceso posibilista fuertemente marcado por el miedo y por las enormes presiones de un sistema dictatorial cuyos dirigentes pretendieron -y en gran medida lograron- perpetuar su poder e influencia. Las renuncias de la izquierda transformadora para evitar la ruptura social nos han conducido a este estado de cosas, en que la presión del verdadero poder, el poder económico que nadie ha elegido, ha convertido el ámbito político-institucional en un poder subsidiario, para crear el entorno que permita la acumulación de los recursos en las manos de los de siempre, generando desigualdad, explotación y exclusión. Hoy la gente está harta de gobiernos que no son capaces de acabar con el infame nivel de desempleo, que restringen cada vez más libertades y derechos, que benefician descaradamente a las grandes corporaciones y que desmantelan el sector público que es fuente de garantías y derechos mientras utilizan sus restos como campo de depredación y de prácticas corruptas. Por todo esto es absolutamente necesario devolver a la política su significado original de gestión del interés colectivo, y esto pasa por una redefinición radical del sentido de la política, de su ámbito de actuación, de sus métodos y de su control efectivo por el conjunto de la ciudadanía.
• Nos hallamos pues ante un momento histórico que quizá no vuelva a repetirse, al haberse abierto una ventana de oportunidad inédita hasta ahora para lograr un vuelco institucional que permita la derrota de las opciones partidistas que sustentan la hegemonía del capitalismo financiero y por tanto comenzar el proceso que siente las bases de unas instituciones públicas al servicio del pueblo. Desaprovechar esta oportunidad puede ser un error irreparable.
• Para cambiar el actual estado de cosas, los debates identitarios (como por ejemplo el de la dialéctica izquierda-derecha vs. los de arriba-los de abajo, o el de conflicto de clase vs. ciudadanía), no dejan de ser filigranas retóricas que, bajo la excusa de analizar las causas profundas de la crisis social, sirven como elementos de crítica y exclusión de otras opciones y frenan las posibilidades de convergencia en la lucha frente al enemigo común, que es el capitalismo. Son la justificación conceptual de ese cainismo disgregador que siempre ha mantenido dividida a la izquierda, para notable regocijo de quienes si tienen claros sus intereses de clase (las oligarquías financieras), que saben bien cómo actuar unidos en base a su interés común.
• IU tiene un techo de voto que baja, a tenor de las encuestas, en la medida que se nos percibe como parte del entramado institucional connivente con las prácticas corruptas. No vale decir que hemos tomado medidas y expulsado a los chorizos cuando es palpable que persiste un aparato cuya acción pasada sigue al menos bajo sospecha.
• A este “aparato” histórico hay que sumar un nutrido grupo que, tirando de esencialismo y reivindicación de la marca, despliega una inusitada actividad y combatividad con una más que probable intención de constituirse en el próximo aparato y/o de optar a figurar en las listas para garantizarse un puesto institucional.
• En los próximos comicios no se trata de salvar los muebles, o de lograr pequeños avances en la representación. Hay que salir a ganar, porque la situación así lo exige. Y para ello no sirven candidaturas de perfil bajo con compañeros/as probablemente muy válidos, pero desconocidos y por tanto sin capacidad para ilusionar y movilizar al electorado. La proyección pública de Tania es hoy en día un activo que no podemos permitirnos desaprovechar.
• Deberíamos tener claro que las organizaciones no son sino los instrumentos necesarios para la transformación social. Por mucho que apelen a nuestra memoria emotiva, hemos de considerarlas bajo criterios de utilidad. Cuando dejan de cumplir su función, o nuevos instrumentos se revelan más eficaces como agentes del cambio, no tiene sentido idealizarlos “porque representan nuestra lucha histórica”. Lo que pudo ser una útil herramienta se convierte así en un lastre para avanzar.
• No debemos ser tan ingenuos como para pensar que vamos a ser la vanguardia de la confluencia de fuerzas necesaria para generar un contrapoder cívico que derrote a las alternativas al servicio de la oligarquía financiera. Hay otras alternativas que han sabido leer incluso mejor que nosotros las claves de la movilización popular necesaria para superar la idea de que solo era posible el juego político dentro del sistema tradicional bipartidista. Hoy la fuerza de los hechos y el hartazgo de la gente han roto el mito de que solo la alternancia de los dos grandes partidos puede garantizar la acción de gobierno y en la lógica de lo posible aparece ya otro escenario. Nosotros/as debemos estar ahí para construirlo.
• En esta confluencia de fuerzas no sobra nadie. Cualquier esfuerzo en generar ese bloque de contrapoder ciudadano será necesario, aunque no suficiente. No es de recibo que estemos continuamente hablando de confluencia, y a la vez estemos de hecho poniendo límites, condiciones, sospechas e incluso acusaciones a quienes deben ser nuestros compañeros de lucha. La confluencia no debe ser un discurso en el que los demás tienen la culpa de que no se pueda lograr. Generosidad, altura de miras y colaboración tienen que ser valores interiorizados y aplicados realmente y no solo palabrería hueca. Sobra el personalismo, el afán de protagonismo, la intolerancia y el desprecio hacia los que no comulgan al 100% con nuestros planteamientos. Las diferencias no pueden ser tan importantes como para jugarnos el perder esta oportunidad histórica de cambio social.
• La candidatura de Tania Sánchez y Mauricio Valiente ha apostado nítidamente por la integración de todas las personas, fuerzas sociales y colectivos en un gran bloque común con ambición y vocación de poder político, para emprender la dura tarea de recuperar la política para los ciudadanos, abriendo puertas a la participación porque esta es una tarea de todos/as, y no solo, como hasta ahora, de unos pocos.
Quienes quieran inscribirse como simpatizantes de IU-CM (hasta el 15/11/2014) y poder votar en las primarias abiertas el 30 de noviembre, pueden hacerlo a través del siguiente enlace http://www.iucm.org/index.php/primariasabiertas
Antonio Sánchez Santos                                    Alberto Gil Fernández
Politólogo                                                           Sociólogo y Antropólogo
Concejal de IU en Parla (Madrid)                      Ex – concejal de IU en Parla (Madrid)

domingo, 1 de junio de 2014

Europeas de 2014 (y2): esbozando una explicación.

               En una entrada anterior definía  los últimos comicios europeos como la mejor de las encuestas sobre el estado de la opinión pública. También apuntaba la singularidad de los resultados como definitorios de una ruptura de la lógica bipartidista que se había instalado en nuestra democracia y esbozaba  que podía suponer  –con  matices- la apertura de una ventana de oportunidad para la sustanciación  de un contrapoder ciudadano con aspiraciones de control de los mecanismos institucionales del poder.

                Analizar este fenómeno daría para mucho más de lo que admite un artículo como éste, amén de que ya se han pronunciado toda serie de opinólogos, más o menos cualificados – e interesados- , sobre causas, antecedentes y razones con que explicar los novedosos resultados, así como de las implicaciones presentes y futuras del nuevo escenario que representan. De ahí que no pretenda sentar cátedra o  establecer verdades  palmarias, sino ofrecer en varias entradas (juro solemnemente que las menos que pueda) algunas claves sobre los porqués y los cómos que nos han traído hasta el momento presente  y plantear algunos elementos  sobre  los marcos de actuación para consolidar un proyecto aglutinador de la izquierda transformadora.

                Tengo que confesar que no creo en la equidistancia, y doy la razón por anticipado al que me acuse de parcial. Soy, sin complejos, de izquierdas. Y, a mayor abundamiento, miembro cotizante de IU, aunque muchas veces crítico con su organización, mucho más que con su propuesta política que me parece válida en lo fundamental. Lo que no impide que sea, o haya sido, muchas otras cosas: cincuentón y  padre de familia, empleado público pero antaño en el sector privado, simpatizante del  15M y defensor radical de la participación ciudadana, sindicalista, activista en las luchas estudiantiles y vecinales o científico social de formación, entre otras. Condiciones todas ellas que,  lejos de nublar mi entendimiento, son las que me proporcionan los mimbres con que tejer esta reflexión.

                Para entender cómo hemos llegado hasta la situación actual creo que es necesario identificar y caracterizar un momento histórico en el que confluyen tanto una tendencia global que incluye el neoliberalismo económico instaurado tras la ruptura del equilibrio bipolar de la guerra fría y el resto de fenómenos derivados de la  globalización, como otros elementos específicamente hispanos que han marcado la práctica política y social en nuestro pasado reciente.  Entre los primeros es fundamental  la desconexión definitiva entre la economía y la esfera productiva que ha dado origen a una lógica inmisericorde de apropiación basada en la actividad financiera, lo que implica que alrededor del 90% del capital mundial corresponda a operaciones puramente especulativas que no corresponden a nada tangible que pueda ser valorado. De los segundos empezaremos señalando la desconexión radical entre la práctica de los partidos que han ostentado el poder político y los intereses generales de la mayoría de la población, siempre a favor de los intereses de las oligarquías económicas. Añadamos el autismo frente a las demandas sociales y su represión, las prácticas corruptas, la mentira y la manipulación en la comunicación pública, la desregulación que conlleva el deterioro de las condiciones del trabajo, el escandaloso aumento de la desigualdad, la supresión de derechos, garantías y libertades o el desmantelamiento de los elementos del  escaso e incompleto estado del bienestar de los que disfrutábamos (educación, sanidad, ..) entre otros muchos que podríamos identificar fácilmente.

                Como vemos, toda una ofensiva perpetrada al calor de una pretendida “lógica de lo inevitable” cuya inmediata justificación es la omnipresente crisis económica, y que no es sino un reflejo  de políticas interesadas para el cumplimiento de la gran agenda oculta del capitalismo financiero, que son promovidas no solo por el gobierno del estado sino desde las instituciones transnacionales (U. Europea, FMI, BCE,…) y que vienen apoyadas en un trabajo constante sobre elementos simbólicos y comunicativos para forjar mitos que desactiven la posible contestación y resistencia de los que hablaremos más adelante.


                Valgan estas líneas como introducción antes de entrar más a fondo  en intentar explicar cómo nos han podido llevar nuestros gobernantes hasta este huerto. También nos preguntaremos que cómo es posible que, como país, nos hayamos dejado llevar hasta aquí, y si es posible cambiar de rumbo  y encontrar una salida hacia otro modelo posible.

jueves, 29 de mayo de 2014

Europeas de 2014: algo más que unas elecciones

Las elecciones europeas de 2014 han sido consideradas no sin razón como la mejor de las encuestas posibles sobre la situación política actual. Sus resultados son inapelables, no parten de una muestra - abarcan el universo completo-   y no caben sesgos ni cocinas siempre a favor de las interpretaciones  e intereses de quienes financian el estudio.  Pero con todo, hay que tomarlas apenas como una foto fija de algo tan inestable y difuso como es la opinión pública en estos momentos,  aunque nos muestren efectos que hay que evaluar más allá de lo coyuntural  al haber evidenciado una ruptura del consenso bipartidista en la que los dos grandes partidos de gobierno han sufrido una importante sangría de votos.

 A su vez  la novedad estriba en el incremento del voto a las opciones hasta ahora minoritarias y en el surgimiento de nuevos actores políticos que, en ambos casos, canalizan el hartazgo de la ciudadanía frente a una acción de gobierno rendida desde hace décadas a los intereses de la oligarquía económica , que ha permanecido  ausente, cuando no abiertamente hostil, frente a las demandas populares  y que ha sometido a la mayoría de la población a un empeoramiento de sus condiciones de vida bajo la excusa de la austeridad necesaria para superar la  ”crisis económica” (que no es sino la derivada necesaria de una lógica de acumulación sin precedentes que caracteriza al capitalismo financiero que ha venido a sustituir desde finales del pasado siglo al capitalismo industrial) .

Vaya por delante agradecer que en nuestra España, este país de todos los demonios,  la reacción frente a las políticas del “austericidio” no se haya traducido, como en muchas otras naciones europeas, en un repunte de las opciones populistas de extrema derecha  con un discurso xenófobo y excluyente, quizá por la singularidad de que la mayoría del segmento de población susceptible de atender a tales proclamas lleve ya tiempo cómodamente instalado en ese contenedor de la muy  particular y racial derecha  hispana que es el PP.

De cualquier modo cabe pensar que se abre un marco inédito de posibilidades para que, más allá del ovbio varapalo infligido a los grandes partidos institucionales como hecho puntual, podamos afirmar que se abre una ventana de oportunidad para la consolidación de un proyecto alternativo al del poder sumiso a la lógica económica, con auténtica vocación, pero sobre todo con una posibilidad real, de ofrecer un contrapoder desde la exigencia ética y la ciudadanía. Posibilidad esta que no está exenta de dificultades y que sin duda encontrará escollos monumentales para su materialización, como evidencian tanto  la andanada de descalificaciones vertidas desde los ámbitos del poder  como las reticencias de tantos que quieren el cambio pero siguen anclados en particularismos y hechos diferenciales (por no hablar de la gestión de las cuotas de poder). Organizar algo tan diverso y multiforme no deja de ser una tarea titánica y aparte de la voluntad y el esfuerzo será necesario luchar contra mitos, intrahistorias, banderías, narcisismos y otras tantas debilidades de la condición humana que siempre estarán allí para comprometer los resultados.


Por el momento lo dejo ahí, sin entrar más a fondo en casos ni causas. Tampoco en insistir en la necesidad de aprovechar esta ventana de oportunidad por parte de las fuerzas de la izquierda transformadora, porque todos los implicados, al menos nominalmente, coinciden  en la misma. Yo sigo pidiendo lo de siempre: generosidad y altura de miras. Porque nos jugamos mucho, ni más ni menos que seguir sufriendo la historia o pasar a protagonizarla. Y porque por primera vez en mucho tiempo, al ver los rostros de nuestros  pésimos gobernantes, uno advierte que el miedo está empezando a cambiar de bando.  Les preocupa perder sus privilegios construidos  con lo que nos niegan a la mayoría, y ya va siendo hora de reivindicarnos no como siervos, sino como ciudadanos conscientes  y responsables de construir nuestro presente y nuestro futuro.